Viernes, sales de trabajar y vas en el metro revisando tus Redes Sociales, de repente una noticia que te encanta, es sobre la elaboración de cupcakes de chocolate rellenos de fresa con ralladura de coco por encima, y claro, son las 15:30h. de la tarde y se te ha hecho la boca agua. Decides compartir el post con tu grupo de whatsapp de amigos, que hay más de uno con buena mano en la cocina, para ver si se animan y los hacen.
Antes de seguir leyendo, párate un par de segundos y vuelve a leer el título. En principio, dirías que se trata de un videojuego o de una película de terror, ¿no? Seguramente lo has oído antes y te suena pero no sabes exactamente qué es.
Eso de Dark puede darle ciertas connotaciones negativas pero lo cierto es que solo quiere mostrar el lado más oculto del tráfico de una web, aquello que los analistas no pueden descubrir de dónde viene. Bueno, visto así… un poco de miedo sí que da, ¿verdad? Pues bien, lo cierto es que no es para tanto, el Dark Social es el nombre con el que hacemos referencia a las visitas desconocidas que tiene una web. Esto se produce porque el contenido de la web es compartido por formas difíciles de medir a través de los medios tradicionales. Por ejemplo, enviamos un contenido por e-mail a un usuario y este comparte el contenido a través del chat (aplicaciones móviles como whastapp o incluso por mensaje de texto). Es entonces cuando nos encontramos ante una “misión imposible”. No transmite datos, no se puede medir. Está claro que no hay nada exacto en esta vida, ¡ni siquiera la analítica es una ciencia exacta! Intentar acercarnos lo máximo posible en la medición de nuestras acciones es el gran reto de hoy. Poder acercarnos cada día más a nuestros usuarios, conocerles y satisfacer sus necesidades es el objetivo final, aunque no siempre podemos saber con exactitud la cantidad de dark social que llega a nuestra web.