Irene Sotillo, 10 Julio, 2018
Actualizado a 5 de agosto de 2025.
Las reglas del marketing han cambiado. Prestamos mayor atención al producto en sí, y la realidad actual es que lo relevante es quién lo consume. Entre 2025 y 2030, serán tres generaciones las que marquen la agenda del consumo: Millennials, Generación Z y Generación Alpha. Entenderlas es clave para diseñar estrategias con propósito que realmente conecten con cada uno.
Y no hablamos de seguir tendencias “por seguirlas”, sino de detectar lo que mueve a estas audiencias, cómo se relacionan con las marcas y qué esperan de ellas. Estar dentro de su conversación es clave.
Los Millennials llevan más de una década definiendo tendencias. Hoy, muchos son padres, líderes de equipos y decisores de compra. Por su parte, la Generación Z ha irrumpido con fuerza como el grupo con mayor impacto cultural, social y digital. Y, mientras tanto, la Generación Alpha crece inmersa en un entorno tecnológico que moldea sus preferencias desde los primeros años.
Las proyecciones indican que para 2030, estas tres generaciones representarán un gran porcentaje del consumo mundial, en términos económicos, de influencia y viralidad. Sus decisiones, gustos y rechazos pueden impulsar o enterrar marcas con una velocidad vertiginosa.
Estas generaciones han cambiado las reglas del juego: buscan marcas con propósito, valoran la transparencia, exigen diversidad, y son intolerantes con la incoherencia entre lo que una marca dice y lo que realmente hace. Hoy, los valores se deben demostrar.
Para conectar de verdad con cada generación, hay que ir más allá de los datos demográficos. Es fundamental entender qué los motiva, cómo se informan, qué les emociona y cuál es su proceso de decisión.
Los Millennials, nacidos entre 1981 y 1996, crecieron en un mundo sin smartphones, pero han sido protagonistas de la transformación digital. Son la generación puente: conocieron el teléfono fijo y ahora gestionan su vida desde el móvil. Esta dualidad les ha convertido en consumidores informados, exigentes y con criterio.
Priorizan marcas que se alinean con sus valores: sostenibilidad real, diversidad sin postureo, equilibrio entre vida y trabajo, bienestar mental y compromiso social. Les atraen los proyectos con propósito, pero también con resultados tangibles.
¿Dónde los encuentras? En canales donde la conversación es más pausada y el contenido más profundo: email marketing bien diseñado, Instagram con intención, LinkedIn profesional y podcasts que aporten. También consultan blogs de confianza antes de tomar decisiones.
No compran por impulso. Comparan, analizan, leen reseñas y buscan pruebas sociales. La experiencia previa pesa tanto como el producto en sí. Son fieles a las marcas que les ofrecen coherencia, pero abandonan sin mirar atrás si detectan inconsistencias.
Con ellos, la confianza se construye con detalles: reseñas visibles, contenidos útiles, información transparente y atención humana.
La Gen Z, nacida entre 1997 y 2012, no ha tenido que adaptarse al mundo digital: nació directamente dentro de él. Crecieron con pantallas táctiles, influencers y algoritmos. Y eso ha moldeado profundamente su forma de pensar, consumir y expresarse.
Para ellos, lo más importante es la autenticidad. Rechazan lo artificial, huyen del marketing de manual y premian a las marcas que se muestran tal y como son, incluso con sus imperfecciones. Valoran la inclusión, la libertad para mostrarse sin filtros, el cuidado de la salud mental y el compromiso con causas sociales reales.
Su atención es fragmentada, pero no superficial. Si algo les interesa, pueden profundizar como nadie. Se mueven entre TikTok, Twitch, YouTube, Stories de Instagram y mensajes directos. Lo que buscan son experiencias breves, visuales y que les hagan sentir parte de algo.
En el momento de compra, priorizan la rapidez y la conveniencia. Deciden rápido, llegando a confiar en la recomendación de otros usuarios en vez de en la voz corporativa. Quieren hablar con las marcas, interactuar, ser escuchados y responder con una story si hace falta.
Con ellos funciona la estrategia de ‘menos texto, más acción’. Piensa en scroll corto, lenguaje directo, botones visibles, vídeos rápidos y una narrativa que respire naturalidad.
La Generación Alpha —los nacidos a partir de 2013— está aún en construcción, pero ya marca tendencias. Son los hijos de los Millennials y están creciendo rodeados de pantallas, inteligencia artificial, dispositivos conectados y entornos diseñados para captar su atención.
Para ellos, la tecnología es prácticamente un entorno natural. Se relacionan con el mundo a través de tablets, asistentes de voz y contenidos interactivos. Les atrae todo lo que es visual, inmediato y táctil. Pero también buscan seguridad, emoción y aprendizaje lúdico.
Aunque aún no tienen poder adquisitivo directo, su influencia en las decisiones familiares es enorme. Eligen series, juegos, alimentos, ropa y hasta destinos de vacaciones. Y lo hacen a través de lo que ven en YouTube Kids, en videojuegos o en apps con las que aprenden mientras juegan.
Valoran las experiencias que los entretienen y los educan al mismo tiempo. Quieren descubrir cosas nuevas, sentirse parte de aventuras y entender el mundo a través del juego. Las marcas que quieran conectar con ellos deben hacerlo desde el respeto, la creatividad y la seguridad.
Te aconsejamos diseñar con lógica intuitiva, colores vibrantes, navegación simple y elementos interactivos. Crea experiencias accesibles, visuales y seguras que conecten tanto con ellos como con los adultos que toman las decisiones finales.
Hablarle a todos por igual ya no funciona. Para seducir a estas generaciones, es necesario personalizar, escuchar y crear experiencias memorables. Como compartir conocimiento (digital) es vivir, hemos preparado algunas claves que aplicamos en Góbalo para diseñar estrategias digitales que conectan de verdad:
1. Segmentación emocional, no solo demográfica
Ve un paso más allá, identifica microaudiencias a partir de intereses, estilo de vida, valores y comportamientos. Un ejemplo: no todos los Millennials buscan estabilidad laboral; muchos priorizan el propósito profesional o el equilibrio emocional.
2. Diversifica formatos y plataformas
No todos los contenidos sirven igual para todas las plataformas. Te recomendamos crear publicaciones nativas adaptadas a cada canal y tipo de usuario, ya que un mismo mensaje puede contarse en vídeo, infografía, carrusel o newsletter, pero el impacto dependerá de cómo lo adaptes.
3. Humaniza tu marca
Las generaciones jóvenes quieren hablar con personas reales. Usa el lenguaje de sus comunidades, muestra al equipo humano detrás del producto y responde de forma cercana y empática.
4. Simplifica la experiencia de usuario
Reducir pasos, evitar formularios eternos, ofrecer opciones claras, integrar métodos de pago fáciles... todo suma, evita cada fricción durante el proceso.
5. Construye con propósito
Más allá de vender, ¿para qué existe tu proyecto? ¿Qué impacto quieres generar? Comunica tu propósito de forma honesta y coherente (las generaciones actuales saben detectar el greenwashing o el postureo a kilómetros).
6. Impulsa la participación
Desafíos, encuestas, dinámicas, contenidos colaborativos... Invita a la audiencia a ser parte activa de tu propuesta para fortalecer la relación y multiplicar el alcance.
7. Cuida el diseño inclusivo y accesible
Asegúrate de que cualquier persona, sin importar edad, habilidades o idioma, pueda navegar, entender y disfrutar de tu contenido.
Querer llegar a uno de estos públicos significa escuchar, observar, empatizar y adaptarse, porque el objetivo final es conseguir ser relevantes en su día a día.
En Góbalo, como agencia de estrategia digital, llevamos años ayudando a marcas a evolucionar junto a sus audiencias. Diseñamos estrategias con alma, basadas en datos, creatividad y empatía. Si tu proyecto quiere llegar a estas nuevas generaciones, hablemos, nuestros especialistas estarán encantados de ayudarte.
Irene Sotillo, Especialista en Comunicación Digital