Irene Sotillo, 02 Noviembre, 2025
El ROAS es ese amigo que te dice la verdad de forma directa y honesta: cuánto dinero estás ganando (o perdiendo) con tus campañas publicitarias. Y en un mundo donde cada vez cuesta más conseguir un clic, optimizar al máximo tu presupuesto es una necesidad.
Aquí viene la pregunta clave: ¿Realmente estás midiendo bien el retorno de tu inversión publicitaria?
En Góbalo sabemos que la gestión de campañas digitales está formada por creatividad, medición, análisis y optimización constante. En este artículo te contamos cómo calcular el ROAS correctamente e interpretarlo, así como algunas estrategias para tratar de mejorar esta métrica.
Antes de sacar la calculadora, empecemos por lo básico: ROAS son las siglas de Return On Advertising Spend, o Retorno de la Inversión Publicitaria. Es la métrica que indica cuántos euros ingresas por cada euro que inviertes en publicidad.
Por ejemplo, si gastas 1.000 € en anuncios y generas 5.000 € en ventas, tu ROAS es 5:1 (o lo que es lo mismo, 5). Si el mismo gasto solo te devuelve 800 € en ventas, tu ROAS es 0,8 (1000:5000), lo que significa que no estás empleando el presupuesto de la mejor manera.
No todas las campañas que generan clics producen el mismo resultado, todo depende de tu objetivo. Si este está orientado a venta, un CTR alto, miles de leads o visualizaciones pueden dar la sensación de éxito, pero si no se traducen en ingresos, tu inversión no está cumpliendo tus expectativas. El ROAS te permite medir la rentabilidad real de tus campañas, comparar canales, tomar decisiones y demostrar con datos el impacto del marketing en tu proyecto digital.
Calcular el ROAS es sencillo, pero requiere precisión:
La fórmula es directa:
ROAS = Ingresos generados por la campaña ÷ Inversión publicitaria
Si inviertes 2.000 € y generas 10.000 € en ventas, tu ROAS es de 5. Esto significa que cada euro invertido te devuelve cinco euros.

Un ROAS alto no siempre es sinónimo de éxito. Depende de tus márgenes, del tipo de producto y del objetivo de la campaña.
Un ROAS de 1 indica que recuperas exactamente lo invertido, menos de 1 significa pérdidas y un ROAS superior a 3 suele indicar una buena rentabilidad. Sin embargo, factores como costes ocultos, devoluciones o ventas recurrentes pueden modificar la interpretación. Por eso es importante entender el contexto de cada campaña digital.
Saber cómo calcular el ROAS es el primer paso, ahora nos adentramos en la parte donde intentamos mejorarlo.
Es esencial que cada campaña tenga un objetivo definido y que la métrica que utilices para medir éxito sea coherente. No todas las campañas deben apuntar a ventas inmediatas; algunas buscan visibilidad, captación de leads o engagement, y el ROAS debe interpretarse en consecuencia.
Intentar llegar a todo el mundo es una forma segura de diluir tu presupuesto. Cuanto más precisa sea la segmentación de tu audiencia, más efectiva será la inversión publicitaria. Trabajar con audiencias personalizadas, lookalikes o exclusiones estratégicas puede incrementar notablemente la eficacia de tus campañas y, por ende, tu ROAS.
Un anuncio que capte la atención es aquel que refleja la propuesta de valor de manera clara y directa. Cada elemento del anuncio, como el copy o la llamada a la acción, debe estar optimizado pensando en tu estrategia de contenidos para que el usuario convierta. Te recomendamos hacer la prueba constante con diferentes versiones creativas para identificar qué funciona mejor para tu público.
El anuncio puede generar clics, pero si la landing page es lenta, confusa o poco persuasiva, el ROAS se desploma. En este aspecto, contar con un equipo especializado en UX/UI y revisar el embudo completo, desde la llegada del usuario al sitio hasta la conversión final, puede marcar una gran diferencia sin necesidad de incrementar el presupuesto de las campañas.
Cada campaña rinde de diferente manera. Redistribuir la inversión hacia las campañas más rentables y pausar o modificar las que no funcionan es fundamental. A esto lo llamamos “optimización viva”: análisis constante de resultados y ajustes en tiempo real para maximizar retorno.
Las plataformas publicitarias ofrecen herramientas de automatización muy útiles, pero no deben sustituir a la estrategia. La automatización debe usarse para potenciar las decisiones que se han tomado de forma consciente y mejorar así la eficiencia, nunca para reemplazar la supervisión humana.

Limitarse a medir clics o conversiones inmediatas puede ser un error. Analizar métricas como el valor de vida del cliente y ticket medio permite obtener un panorama más completo del retorno real de tus campañas. Una campaña con ROAS bajo en el corto plazo puede generar clientes valiosos a largo plazo.
El marketing digital cambia constantemente: los algoritmos, los hábitos del usuario y las tendencias digitales evolucionan. Un camino (fundamental) para mantener un ROAS alto es hacer pruebas, aprender de los datos y ajustar estrategias continuamente.
El ROAS puede mejorar combinando distintos canales publicitarios. Integrar Google Ads, Meta Ads y TikTok Ads permite maximizar el impacto de la inversión. Cada canal debe analizarse individualmente, pero también dentro del contexto del ecosistema completo.
Antes de aumentar presupuesto, revisa el historial: qué campañas funcionaron mejor, qué creatividades generaron más ventas y qué audiencias respondieron con mayor eficacia. Aprender del pasado ayuda a predecir y mejorar el ROAS futuro.
El ROAS es un termómetro real del rendimiento de tu inversión publicitaria. Comprender cómo se calcula te da control, pero interpretarlo con visión estratégica es lo que realmente marca la diferencia.
En Góbalo mantenemos que optimizar tu ROAS no implica necesariamente aumentar el presupuesto, sino hacerlo mejor. Significa identificar qué funciona, ajustar lo que no y enfocar los esfuerzos donde realmente hay retorno.
La verdadera rentabilidad no se consigue multiplicando el gasto, sino afinando la estrategia.
Si después de leer este artículo te ha surgido alguna duda, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, te responderemos de forma honesta.
Irene Sotillo, Especialista en Comunicación Digital