Una de las disciplinas de marketing digital quizás más desconocidas es la analítica web. A grandes rasgos, se trata del estudio de un site con objeto de mejorar el rendimiento del mismo, a través de una serie de análisis y métricas cuantitativas. Gracias a los resultados que la analítica web arroja, se pueden tomar decisiones acordes a los objetivos previamente definidos en la estrategia global de comunicación.
La analítica web puede desde medir el rendimiento de la usabilidad que tenga el usuario que visita una web, pasando por el correcto análisis e implementación de herramientas como los píxeles de Facebook, o analizar las conversiones recibidas desde Google Ads. Como podéis ver, ¡la analítica web está más presente de lo que comúnmente se cree en las estrategias de marketing digital!
Toda esta teoría está muy bien pero, ¿cómo se implementa de forma real la analítica web a tu estrategia digital? No te preocupes, resolvemos todas tus dudas a continuación.
¡Sigue leyendo!
Aunque cada estrategia es un mundo, la analítica web tiene una serie de puntos imprescindibles que siempre se deben seguir:
Fijar unos objetivos es esencial para poder saber si los siguientes pasos los estamos llevando a cabo con un sentido o simplemente nos guiamos por pura intuición. Han de definirse tras un proceso de observación inicial, de puesta en común con el cliente y seleccionados en base a los objetivos globales de la marca.
Existen muchos tipos de objetivos: captación, activación, conversión… ¡Encuentra el que más se ajuste a tus requerimientos!
Es importante saber qué se ha hecho previamente o que se está haciendo a día de hoy antes de implementar cualquier tipo de estrategia.
Esta auditoría te permitirá observar qué es lo que necesitas, ¿puede que te sobren páginas en el site?, ¿cómo es la usabilidad web?, ¿están bien optimizadas las páginas?
Todas estas preguntas se resuelven, en parte, gracias a una buena auditoría.
Los KPIs son indicadores de medición que te ayudarán a comprobar si estás alcanzando los objetivos que has fijado previamente.
Por ejemplo: si tu objetivo son “conversiones”, algunos de los KPIs pueden ser la “tasa de conversión” o el “coste por conversión”.
Hay que tener en cuenta que un resultado de forma aislada no te aportará información relevante, si no que es de vital importancia hacer un seguimiento continuado en el tiempo para ver la evolución y poder implementar mejoras.
Si quieres analizar los KPIs que mencionamos en el apartado anterior, es necesario utilizar una serie de herramientas que rastreen tu web.
Un ejemplo podría ser Google Analytics. En este caso, deberás implementar unos códigos de seguimiento en el código fuente. Una vez vinculada tu web a esta herramienta podrás recibir los datos de seguimiento de tu web.
Es muy necesario estar al día de las últimas herramientas y funcionalidades para renovarte como profesional y ofrecer el mejor servicio.
Otra opción es generar tu propio dashboard para recoger estas analíticas, de forma que te permita visualizar datos de forma fácil y coherente para ti.
Trata los datos como un global.
Aunque ya lo hemos adelantado, los datos hay que analizarlos desde una perspectiva global para interrelacionados y poder implementar mejoras.
Por ejemplo: si un usuario no llega al paso final del carrito de compra puede ser porque la usabilidad de la web no sea la adecuada o por que exista una página caída en algún punto del proceso. Solo lo podrás averiguar si tienes una visión global de todo el proceso de compra y de cómo está funcionando cada fase.
Para concluir este artículo sobre cómo aplicar la analítica web en tu estrategia digital, hay que señalar que aunque sea una disciplina cuantitativa y que puede dar sensación de aséptica, requiere un trabajo de análisis cualitativo por parte del analista que es realmente importante para ejercer de forma correcta su trabajo. ¡No todo son datos!
Esperamos haberte ayudado a conocer un poquito mejor la analítica web y a descubrir por qué es un perfil que debe estar en tu equipo de marketing digital.
¡Nos leemos en el siguiente artículo!