Junio de 2019. Nada menos que 32 meses desde la última publicación de Góbalo en sus canales sociales.
Algunos (la mayoría) lo entenderéis, porque conocéis el contexto en su totalidad. Otros, aún conociendo dicho contexto tendréis dudas sobre si la decisión de parar ha sido acertada. Y otros lo habríais hecho de otra forma totalmente diferente, convencidos de que no hay nada peor que “desaparecer”.
Podríamos llamar a una mesa de expertos en la materia y seguro que todos ellos tendrían sus propias posturas y recomendaciones heterogéneas e incompatibles entre sí.
Porque todos sabemos muuuucho de Marketing Digital, especialmente de Social Media y de Comunicación. Todos sabemos escribir, subir stories; o incluso diseñar, combinar colores y qué significa el branding. Y todos tenemos una opinión, siendo algunas más respetables que otras.
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En un mundo tan cambiante, en el que nos dejamos saciar por la inmediatez; en el que constantemente reaccionamos porque “algo hay que hacer”, sin pararse a analizar, a reflexionar, a mirar levemente para atrás para al menos saber lo que no queremos tener delante.
En un mundo tal que así, “La prisa mata, amigo”. La prisa, mata. Mantra repetido hasta la saciedad entre bazares del desierto y que se pierde aquí entre edificios, sin rastro de eco.
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Decidimos, contra viento, marea y pandemias, emular a las madres de nuestros padres y cocinar lento, sabroso, combinando ingredientes sin apuntar la receta porque confiamos absoluta e irremediablemente en nosotros mismos. En la esencia de lo que éramos y, sobre todo, en lo que no somos ni queremos ser.
Probamos con unos comensales y los escuchamos. Dejamos reposar y probamos con otros. Algunos de ellos se fueron, pero “sonreímos porque sucedió”. Otros, los que se quedaron, cada vez cerraban más los ojos para saborear mejor la autenticidad de los matices.
Volvimos a dejar reposar, y así sucesivamente… hasta llegar, tras unas pocas tragedias, bastantes errores y muchísimos más aciertos, al día de hoy.
Al único día que realmente es cierto.
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Hoy, ya en febrero de 2022, nuestra Home es coherente, contamos con algunos proyectos de los que presumir; y sobre todo, somos un equipo equilibrado, unido, potente, extraordinario… y especialmente acorde a un modelo que, si bien en su día parecía una quimérica temeridad tambaleante por su exceso de riesgos, hoy ha dejado de serlo.
Desde ya, tendremos algo de actividad en los canales sociales -IG, FB, TW, LN-; y podréis leernos aquí, en un espacio más enfocado a reflexionar y seducir que a posicionar. Seguidnos, interactuad y permaneced atentos, que además ¡acaban de darnos un premio!
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En todo caso y por encima de todo, lo que hoy somos y conformamos en conjunto es lo que parecerá hacia afuera, sin artificios. Aquella confianza inicial en nosotros mismos está dando pasos muy firmes hacia la honestidad, la humildad, la credibilidad. Hacia aquel modelo que un día imaginamos que seríamos y sobre el que aún debemos dejar mucho que reposar.
Un modelo que seduce por su verdad, que fideliza por su calidad, y que será probado con pasión mutua por nuevos comensales. Todos ellos se sorprenderán cuando les traslademos nuestro principal ingrediente, no tan secreto: